La cinta de De Matteo vuela hasta donde le permite su factura televisiva al protegerse y sentirse cómoda en los guiños y vueltas de tuerca que le autoriza el guión, al estilo de uno de los episodios de Relatos salvajes de Szifrón, pero sin el eufórico humor negro del film de acá. Nuestros hijos, en ese punto, recurre a la solemnidad, a las secuencias de montaje pautadas por un tema musical, a la conformación de una puesta en escena que jamás se evade del catálogo reglamentado que se propone desde un “laboratorio de escritura”
Sin embargo, una escena sobresale de (casi) todo el resto: aquella en la que Clara, una de las madres protagonistas, acomodada en su lujo burgués y luego de despedir a su esposo que se dirige a la clínica, observa atónita las imágenes que provienen de un televisor con una noticia que involucraría a su hijo. Esos dos minutos en silencio de Clara, quien deja de comer y luego hace “catarsis” en la cocina, vienen registrados por la notable actriz italiana Giovanna Mezzogiorno. Se trata de ese bello rostro y de esos ojos grandes que enloquecían de amor desde la piel de Ida Dalser en Vincere (2009) de Marco Bellocchio debido al rechazo de un joven Benito Mussolini.
NUESTROS HIJOS
I nostri ragazzi. Italia, 2014.
Dirección: Ivano De Matteo. Guión: Valentina Ferlan e Ivano De Matteo, sobre la novela The Dinner de Herman Koch. Fotografía: Vittorio Omodei Zorini. Intérpretes: Alessandro Gassman, Giovanna Mezzogiorno, Luigi Lo Cascio, Barbora Bobulova, Rosabell Laurenti Sellers, Jacopo Olmo Antinori, Lidia Vitale. Duración: 92 minutos.