Teatro

La Gloriosa Revolución Francesa en el Nuevo Teatro Diorama – reseña

¿Qué significa en francés “tirar todo a la pared y ver qué se pega”? Esa es la mejor manera de describir La Gloriosa Revolución Francesa, Inauguración de la nueva pieza de la exitosa compañía de teatro YESYESNONO en el New Diorama Theatre en el norte de Londres.

The New Diorama tiene una sólida historia de plataforma tanto para artistas emergentes como para coqueteos irónicos con la historia (fue donde Operación Carne Picada comenzó, después de todo), por lo que esta oferta, dirigida hasta el escenario por Sam Ward (quien tuvo uno de los éxitos más asegurados del Edinburgh Fringe con Nation) se siente fiel a su forma.

Lamentablemente, esto no tiene el mismo brío enigmático que aquel. Nación arrancado. Contada con pinceladas amplias y deliberadamente irreverentes, la audiencia es llevada desde 1788 hasta el horror latente del Gran Terror y más allá. Aparte del desconcertado y desconcertantemente obtuso rey Luis XVI, la mayoría de los personajes no tienen nombre y carteles de cartón delimitan los diferentes estratos sociales.

El elenco de cinco miembros, vestidos con ropa deportiva francesa, está entusiasmado mientras repasan 90 minutos de agitación social, mientras el orden y el desorden caen como maremotos. De vez en cuando hay algunas opciones creativas fantásticas: la música de Tom Foskett-Barnes es sublime, mientras que un extenso pasaje sobre la toma de la Bastilla y el asesinato del marqués de Launay (contado como si lo hiciera un experto en deportes) combina perfectamente el absurdo y Tragedia visceral.

Lamentablemente, al realizar los trámites concienzudamente desde el principio, la esencia más arenosa y jugosa de la tesis de Ward tarda demasiado en llegar. ¿Todas las revoluciones simplemente giran en círculos? ¿La tiranía siempre levantará la cabeza de una forma u otra? ¿Qué tan fuerte debe ser realmente el cambio? Cada pregunta se lanza al aire y sólo ocasionalmente se nos devuelve. Las actuaciones son comprometidas, pero por necesidad tienen que ser tan exageradas que el tono rara vez cambie.

Todo se une en un final sin palabras pero en gran medida coherente cuando el elenco convierte las bromas infantiles en acción silenciosa y decidida. Mientras se desarrolla una cena bougie fuera del escenario (la propaganda nos dice que esto sucede en Davos durante las reuniones finales del Foro Económico Mundial de 2024), el texto de Ward cubre sutilmente el alcance de siglos de historia moderna, además de sugerir ideas quizás más profundamente conmovedor para la actualidad. Puede que necesite algunos cortes, pero de vez en cuando algo picante asoma su cabeza.